TEATRO. Las nueve y cuarenta y tres

Todo ocurre en el Moscú de principios del siglo XX. La matriarca de la familia Petrova fallece y es enterrada por deseo propio con un valioso joyero de oro y diamantes que heredó de su madre. Inexplicablemente, en la mansión Petrova se continúa escuchando cada noche la melodía del joyero, puntualmente a las nueve y cuarenta y tres. Antonina, primogénita de la difunta, decide contratar a un afamado parapsicólogo español para que actúe como mediador entre madre e hija.

Tras varias botellas de vino- de reserva, eso sí- todo empieza a complicarse entre blues y pasodobles. Un mayordomo histérico, una audaz sirvienta, secretos inconfesables, verdades a medias, unas fotos comprometedoras y relaciones insospechadas terminarán de enredar esta divertida comedia musical.