Plaza del Ayuntamiento
30564 Lorquí, Murcia
968 69 00 01
Lorquí es un municipio enclavado en la Vega Media del Río Segura, por lo que cuenta con un marcado carácter huertano, como lo demuestran los numerosos vestigios del carácter agrícola de esta localidad. Ejemplo de esto son sus norias, de las que cabe mencionar la del Rapao, del siglo XVIII y la noria del Marqués de Corvera, en la que comenzará la Ruta de las Cuevas.
Y es que, por su particular orografía, plagada de Cabezos, Lorquí cuenta con un tipo de vivienda muy particular, las llamadas casas cueva. Algunas de ellas hoy convertidas en museos, en cuevas flamencas y, muchas de ellas, habitadas y adaptadas a las nuevas condiciones y circunstancias vitales.
Lorquí es el pueblo con mayor índice de viviendas trogloditas de toda la Región y uno de los mayores de España. Están distribuidas prácticamente a lo largo de todo el casco antiguo. Modelos únicos dentro de su género, la mayoría están escondidas por modernas fachadas que las anteceden y un patio que completaba la forma de vida en estos lugares. Suelen contar con un espacio central que las articula, a través de arcos o estructuras adinteladas, el acceso a las demás estancias. Los techos son abovedados y llegan en algunos casos a los cuatro metros de altura. Su temperatura es agradable sobre todo en verano, que son muy fresquitas, para el invierno cuentan con singulares chimeneas. Están protegidas por la administración pública por su valor histórico, artístico y etnológico. Uno de los puntos más apreciados por los visitantes. Algunas se han convertido en pequeños museos, como la cueva de la familia de 'Los Tablachos'.
Se encuentra en el ensanche del pueblo, salida del municipio hacia Ceutí y en una de las plazas más céntricas del municipio. Construido en 1995 durante el mandato del alcalde socialista D. Antonio Carbonell.
Desde aquí, caminamos hacia la calle Noria por encima de la embovedada acequia Mayor para alcanzar, al final de la vía, la Noria del Marqués de Corvera.
Noria de hierro y madera situada en pleno casco urbano y en funcionamiento que mueve el agua y recibe a los visitantes a su llegada al municipio.
Se encuentra en una de las salidas del municipio, encerrada entre los vestigios de las últimas huertas y la carretera que circunvala Lorquí. A su alrededor se ha acondicionado una pequeña plaza en la que aún perviven retazos de vegetación que antaño albergaría el entorno de la noria.
Tomamos la calle La Noria con dirección a Lorquí y, a unos 120 metros a la izquierda, nos encontramos con la calle Cabezo de Escipión donde hallamos un mural titulado: ‘Tierra Baldía. ¿Cuál era la pregunta?’. Un proyecto pictórico a gran escala en el que el soporte mural tiene un papel protagonista. Un muro de 90 m2 que contiene literalmente un barrio entero, construido sobre el cabezo.
A partir de una propuesta del ingeniero Luis Bernardeau, quien plantea el poema de ‘La Tierra Baldía’ (The Waste Land), de T. S. Eliot, como referente, el artista Javier García Herrero inicia la obra situando en uno de los extremos una recomposición a base de fragmentos del texto.
Un juego de palabras que estimula una interpretación personal del trazado abstracto que cubre la mayor parte del muro, en el que las grietas, texturas e irregularidades de la superficie guían el desarrollo de las líneas y formas que se extiende desde el principio de la subida hasta las palabras de Eliot.
Subiendo por esta calle a la derecha encontramos una escalera por la que se asciende al Cabezo de la Ermita, así llamado porque existía una edificación de estas características Es uno de los miradores que coronan Lorquí y un lugar emblemático del municipio con abundantes cuevas.
Desde el mismo se contempla una panorámica de 360º de Lorquí. Sus atardeceres son preciosos y se ha convertido en espacio para la celebración de diferentes eventos y actos culturales.
Retomando nuestros pasos desde el Cabezo de la Ermita, volvemos a bajar la escalera y, a la izquierda, encontramos, al final de la calle Vega Media del Segura, una casa-cueva restaurada por el Ayuntamiento con el objetivo de albergar la Casa del Artesano de la Vega Media.
Frente a la casa-cueva y subiendo la cuesta de Los Matuteros encontramos unas viviendas de protección pública que rodean el Cabezo Escipión, cuyo proyecto fue premio de arquitectura en el 2005.
Este proyecto tiene un doble propósito, por una parte, iniciar la consolidación del cabezo, estableciendo construcciones necesarias que conduzcan a un zunchado perimetral del conjunto del cabezo, y por otro, disponer de un número mínimo de viviendas que permitan realizar operaciones de realojo.
En la cima del Cabezo Escipión se encuentra un graderío de hormigón armado que facilita la utilización del cabezo como auditorio y, a la vez, facilita alcanzar una altura que permite admirar una bonita panorámica del entorno de la localidad.
Continuando por la calle Vega Media del Segura, llegamos a la calle Lepanto y a través de la calle Vía Crucis salimos a la calle Portichuelo desde la que se aprecia otra actuación municipal en las laderas de los cabezos para afianzar su estabilidad.
Andando por la calle La Estación y hacia Lópe de Vega se encuentra el mural titulado ‘El Mito de la Caverna’, una intervención artística con participación ciudadana que representa las danzas tribales en una cueva. Pintado por Javier García Herero, el mismo autor del mural ‘La Tierra Baldía’, con la colaboración de alumnos del IES Romano García.
Subiendo por la calle Cabezo de Las Polacas, donde se encuentra el colegio Maestro Jesús García, al final de la misma llegamos a la Calle Barranco y por la Travesía del Cabezo de las Polacas, bajamos Altos Moros (escalera a la derecha) donde se encuentra la Cueva-Museo ‘Los Tablachos’, visitable previa cita, situada en el número 63 de la calle Altos Moros, se ha convertido en la primera casa cueva de Lorquí que abre sus puertas. Lo hace convertida en un auténtico museo donde mostrar a los ciudadanos y visitantes la arquitectura de este tipo de viviendas y el modo de vida de otros tiempos.
Continuando por la calle Altos Moros se alcanza la Plaza Pueblo Nuevo, al final de la misma se encuentra la Cueva Flamenca, otra cueva restaurada y destinada a la difusión del arte flamenco en todas sus facetas.
En el municipio existen otras muchas casas-cueva que se han convertido en modernas viviendas adaptadas a estos tiempos. Seria el caso, por ejemplo, del estudio de arte, lugar de numerosos encuentros culturales y hogar particular denominado ‘La Cueva Azul’.
